8/31/2012

Capítulo 18 - Desesperación



Ola, siento haber tardado tanto en subir el Capítulo 18 - Desesperación. Espero que os guste y también me gustaría que comentéis, please¡! Os gusta la foto¿? Mm...que buena pinta tienen con el sinsajo, no¿? xD Gracias y que lo disfruteís¡!



Aquella noche, la pasé tranquila sin pesadillas, lo cual me resultó extraño porque hacía mucho que no me sentía tan bien y relajado. Es temprano, por las ventanas entra bastante luz. Me levanto, con tranquilidad, hoy no me voy a entrenar horas extras, quiero por un día hacer las cosas sin prisas. Hace un poco de frío, pero aún así, apoyo mi espalda contra la pared y miro todo a mi alrededor.

Es curioso no me había dado cuenta de que por la ventana, se ve paisaje el mar. La academia se encuentra en un acantilado desde donde se puede ver el mar, tan azul. Tras pasar un rato viendo el mar, me fijo en Luck, que está acurrucado en medio de la cama. Tiene pequeñas pecas bajo los ojos, parece increíble que halla tenido que sufrir tanto por haber perdido a sus padres. Cansado de no hacer nada, me desperezo y me pongo una camiseta negra y unos pantalones verdes con rayas blancas, para después bajar a desayunar.

Estoy terminando vestirme cuando al fin se despierta Luck. Me mira risueño y cómo si tal cosa de entra las sábanas saca una navaja. Al ver mi cara de sorpresa dice - Nunca se sabe cuando vas a necesitar una, la verdad es que te recomiendo que te acostumbres a tener un arma cuando duermes - y al ver mi rostro aún más sorprendido - haber si te crees que los vigilantes de la arena te van a dar algún tipo de tregua por las noches, cuando cualquiera se te puede acercar silenciosamente y rebanarte la garganta - me miró con frialdad pero me resultó extrañamente esclarecedor.

Me dice que espere un poco, que quiere acompañarme a desayunar. Bajamos por las escaleras y por el camino me doy cuenta de que llevo casi un día en la academia. Y la verdad es que me siento agusto, jamás pude pensar que podría estar seguro después de que mis padres murieran. En el comedor hay una enorme variedad de comida, en casa con un tazón de leche con una tostada o cereales y listo, pero aquí tienen una inmensa cantidad de comida. 

Desayuno unos cereales, con leche calentita y zumo natural para después someterme a un intenso entrenamiento, aunque no dejo de pensar en todo el día que decidirán los tipos importantes de la academia sobre si puedo salir cuando quiera, porque sino me equivoco la resolución de deberá estar pronto.

A Luck, a mí y a unos cuantos chicos más de nuestra edad, nos agrupan para que hagamos los ejercicios en equipo, porque según nos explica unos de los profesores, tenemos caracteres parecidos y que nos llevaremos bien. Así que cada uno tendrá que esforzarse más que los demás, para mantener la competitividad y asegurar que nos esforzamos.

Al final del día estamos tan cansados que no podemos seguir entrenando y aprovechan que no podemos ni movernos por las agujetas para comunicarnos que para mañana hay preparado una salida a correr, desde el amanecer por la playa. Nos dicen que serán unos 12 Km.

Al oír eso no pude reprimir un quejido pero que pude disimular con un estornudo. Luck que estaba a mi lado lo escuchó, rió y me dijo que si necesitaba ayuda que sin problemas se lo dijera y el me ayudaría en todo lo que pudiera. Al final, nos fuimos tremendamente cansados a cenar temprano, porque sabíamos que al amanecer seguiríamos entrenando, por lo que necesitábamos descansar. Cenamos todos juntos, porque éramos un grupo y no debíamos separarnos. Hablamos bastante y pronto me di cuenta de que unos de los chicos, Dane, era el más tímido de todos.

Al fin llegamos a la habitación y me siento en la cama. Estoy desolado y triste, porque Dane, ha pasado lo mismo que yo. Él estuvo esperando una semana a que le dijeran si podía ir a visitar, a su grupo de amigos, con los que buceaba a buscar ostras y perlas, después de perder a su madre en un accidente, cuando fue de compras al mercado. A su padre lo había perdido cuando aún no había nacido.

Cuando le dije que esperaba a que me dejaran de ir a visitar a Annie, el contestó que era muy probable que tuviera esperar seis meses, incluso un año, él esperó diez meses a que le dejaran salir. Esto me desesperó muchísimo. Cada vez que miraba la pulsera que me regaló ella, siento que cada vez está más lejos de mí.

Lo primero que hice al llegar a la habitación fue acurrucarme, en la cama con la almohada entre mis brazos y simplemente empecé a llorar a lágrima viva, cómo un grifo que no se puede cerrar. Luck, se extrañó al verme así y no me dejó tranquilo hasta que se lo conté.Le dije, que no podía esperar seis meses hasta ver a Annie, que no soportaría estar tanto tiempo separado de ella. Luck, por lo visto me entendió y dijo que tenía una idea alocada en la cabeza, que era una locura pero estaría tranquilo porque había la había visto y no sufriría más.

Asentí y dijo que podíamos escaparnos de la academia por la noche, sin que nos vieran y que estaríamos de vuelta, apenas una hora después de haber salido. Contesté que claro, aunque no podía reprimir el nerviosismo que corría por mis venas.

4 comentarios:

  1. Está genial! y por supuesto la foto es lo mejor XD esta buenísima, me llegó a dar hambre jajajaja.
    Saludos.
    Jacob.

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